El propio concepto es una estafa. En la empresa donde trabajaba podíamos poner en el mercado, directamente en el consumidor, más de 300.000 envases de vidrio (crema de calzado) en un año.

Según Ecoembes bastaba conque pagásemos una cifra variable cada año según componentes de cada producto y nos olvidásemos por completo de todo. Conciencia tranquila. No hay, ni la ha habido nunca, garantía alguna de que esos envases fuesen recogidos, reciclados o rechupados. Pero tú te lavabas las manos.

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