Victor Moral ⁂
@victor@taquiones.net
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Comunicar el qué, preguntaréis. Pues resulta que éramos los últimos comensales en el local y ella, cuando le pedimos la cuenta, se acercó y nos preguntó -muy seria- si podía preguntarnos algo. Le dijimos que sí, claro, y es cuando nos contó lo que le había pasado a su hijo y qué creíamos que tenía que hacer.
En realidad ella sabía cuáles eran los siguientes pasos, como supimos al final, pero necesitaba contarlo. El por qué nos eligió para eso ya ni me lo pregunto porque con mi aspecto a mí me cuentan su vida y milagros todo quisque. Estoy acostumbrado.
La historia del chaval, aspecto japonés y veinte añitos, es que había ido al supermercado en Majadahonda y al salir se había encontrado el coche con un buen viaje en un lateral. Pero bueno, bueno, de los de taller de chapa y varios repuestos. El chico pregunta primero en el super. No han visto nada y no le pueden decir nada porque no tienen cámaras cubriendo la entrada (los cojones). De ahí se va a la policia local que le dice que ellos no se encargan de esos asuntos y que vaya a la guardia civil. En el cuartel, extrañados, le dicen que para cosas de tráfico es la policia local la que se encarga y el pobre vuelve extrañado a preguntar otra vez a la policia. Y allí, tan panchos, le dicen que no, que eso ha ocurrido en el aparcamiento del supermercado y que no tienen jurisdicción para eso, que pregunte al seguro del super.
La madre nos preguntaba qué podía hacer, que la situación le parecía injusta y que creía que era porque su hijo no es español y no le habían atendido. Mi hija y yo intentamos quitarle hierro al asunto aunque estamos seguros de que si el chaval tampoco se maneja bien en el asunto -tenía aspecto "de chino"- y no sabía cagarse en las muelas de alguien, el racismo que no existe en España había influido en que le toreasen y le mandasen de un sitio a otro. A mí no me lo hacen; a mí hija puede porque es joven pero a mí no. Y a muchos otros que ya ni peinamos canas ni nada -porque no hay qué peinar- tampoco[1].
Le recomendamos que acudiese a su seguro para que si tenía servicio de atención legal le dijesen qué había que hacer en este caso y poco más. Se la notaba muy indignada porque ella pagaba impuestos, tenía derecho a atención policial. Y no salía de ahí la señora. Le dijimos que pagase o no pagase si está aquí tienen que atenderla. Que no se hiciese mala sangre, que le había tocado a su hijo un idiota que no había querido atenderle en ese momento (un idiota racista y vago) y que insistiese porque era su derecho humano.
Nos dio pena; está en un país que no es el suyo, con códigos que no termina de aprehender del todo y no por falta de capacidad -que inteligente es-, y le toca lidiar con alguien así. Nos pidió disculpas por interrumpirnos; necesitaba contarlo decía.
Pues espero que haya conseguido algo y no se le quede la sensación agria de no ser considerada persona.
[1]: Esta es otra de las ocasiones en las que me pregunto para qué cojones queremos policía municipal además de hacer pasarelas de chulería total en las calles y portar material militar y acojonar un poco al débil.