Si eso es todo lo que has sacado del artículo debo haberme explicado mal. ¿Quieres que todas las ciudades, pero todas, todas, tengan ese aspecto? A ver, que algo bueno es que el turismo urbano a la larga dejará de tener sentido, porque al igual que las hamburgueserías, todas serán iguales.

Además no necesitarás conocer a nadie en tu cercanía; al conserje y al administrador de la finca porque toda tu vida estará ahí, con tu piscina y tu padel... En coche tendrás que ir a comprar, claro, a una gran superficie o un centro comercial que tendrá (ya tienen) tiendas clon que venden lo mismo. Un paraíso que en ciertas zonas de Madrid, por ejemplo, ya existe.

Pero bueno, asumo que estás hablando desde tu gusto personal y eso no es malo. Lo mismo soy yo, que patino.

Casa de paja y adobe. No, nunca se me hubiese ocurrido algo así. A nuestros ancestros tampoco. Es coña, ¿verdad?

Sí, mientras insistamos en seguir vivos y multiplicarnos las torres son lo más ecológico y sostenible para habitar; mucho más que los chalets y los extensivo. Qué curioso, es a la contra que la ganadería.

La cuestión clave, la decisiva es: ¿queremos vivir todos en el mismo tipo de torre indistinguible de cualquier otra ni aún teniendo un plano en la mano? Porque yo no.