Pues porque son muy jodidas y si tu abuelito o tu padre no te contaban nada de eso lo más seguro es que sean casos extremos ¿verdad?

Mi padre empezó a los nueve años a trabajar y cuando tenía dieciséis entró en una empresa en la que permaneció treinta años más. Se abría puerta a las nueve y se cerraba cuando se marchase el último cliente que bien podía ser también las nueve, pero de la noche. La semana iba de lunes a sábado aunque en los últimos años este día se recortó a sólo el mediodía.

Se pagaba un mínimo oficialmente y todo lo demás era "variable" y en negro o al menos no contaba como salario regular.

El dueño de la empresa pasaba un día al mes a llevarse en billetes las ganancias de ese mes; saludaba en plan padrino y se marchaba a las otras empresas y tiendas que tenía. Don Tomás. Le recuerdo como alguien simpático mira tú.